Saturday, September 02, 2006

Cruzados.


Si bien uno acepta que tiene que cambiar para seguir con los pies de las cosas,
es cierto que el tiempo nunca te avisa cuando;
y yo aquí,
detrás de la pared
escuchándome entablar conversación con objetos que solo me escuchan
y de los cuales estoy abusando,
si no son capaces de reaccionar ante mis canciones.

Porque yo no canto.
Apenas sostengo el lápiz y mis momentos de representantes,
guiando como si realmente este papel tuviera un destino.

Y ahora entiendo yo porque habemos tantos cuerdos con cabos sueltos,
y los que si tienen una vida,
enjaulados.

Al menos ellos si saben que no nos “pertenecen”.

El resto, ondeamos la cabeza verticalmente
y negamos nuestras incoherencias
para disfrazar lo que en futuro pudiera catalogarse como,
desapego emocional;
pero solo en catálogos,
porque nunca pasa a la realidad.

En eso nos convertimos cuando optamos por “aceptar” algunas de esas “incoherencias”,
y no porque no tengan respuesta,
sino porque la paciencia todavía no es producto del mercado.

Y todavía; porque tantas cosas seguirán el cambio de los planetas,
el hecho de que los corazones ahora se pintan según las circunstancias,
de que los ojos puedan usarse al revés y continúen expresando algo,
de que los pies se bailen en vía contraria,
y todavía tengan ritmo.

Lo que no entiendo es a donde van las cosas que se callan porque sí,
y no porque se tengan razones, aunque me insistan que se cuelan
que pasa con aquellos sentimientos que se congelan y se intensifican a raíz de que la nevera esté más fría;
qué de aquellos lugares que se vuelven fotografías inéditas y solo se publican una vez al mes y en un pedazito de memoria…
Si es verdad que los amores que se duermen por falta de abono,
caducan;
yo creo que las palabras valientes
de las que se brincan diez pesares
y matan treinta intuiciones,
también mueren aunque no mueran,
si se les quema vivos.
Y lo peor,
Aunque no se quiera.
Ambulantes quizás
como fantasmas cordiales a la hora del té.

Alguien me dijo que tenía la facultad de desmontarme a tiempo del barco,
que si no lo necesitaba,
no tenía porque sentarme a pensarlo y vivirlo sin el segundo,
pero a veces pienso que no sabría a que atenerme
si ese día llegara,
y las cosas para mi ya no fueran cosas,
sino caras.

Caras porque uno siempre las recuerda.
Aún sin nombre,
sin conocerle la vigencia.

Que si dejo de "vivir" y de cuestionar
se hicieran dóciles las esperanzas,
las ilusiones de creer que todo si pasa por cualquier energúmena razón
y que ya no necesito aprender;
solo porque todo lo que quería sentir y reconocer,
lo experimenté contigo.

A lo que pienso si realmente todo ha sido un recuerdo en presente,
¿Porque camina para convertirse en pasado?;
porque lo experimenté para poder escribirte,
y agregarle condiciones a mi autobiografía.

Tengo la certeza de saber que conozco lo necesario quizás,
para poder atribuirle a cada cosa su lugar;
pero en estos momentos pongo en duda mi capacidad para saber a donde coloco
lo que se me olvidó contarte,
como olvidar las tantas maneras en como dormías,
y tus diferentes necedades para besarme la frente,
de tu capacidad para generar caras y desacuerdos
solo para hacerme coger todos los apellidos,
y luego conjugártelos con la mejor de mis sonrisas.

Yo no entiendo como pueden venerarse dos cosas a la vez.
como la necesidad se hace cómplice de la esencia por vivir sin ella,
y que al final todo se resume a la vida en el hombro
de otro corazon que sueña pero que no quiere,
porque no hay necesidad.

A veces uno se hace adicto a las cosas sin sentido.
Sin entenderlo porque nos obliga a generar sentimientos
de los que nunca nos creimos capaces de besar.
Eso es lo que hacen que algunos amores no se olviden
que se conviertan en lo primordial
y que solo se ame una vez pero muchas veces
y a un solo corazón oblicuo.

El ser humano se hace ambivalente al dolor y al amor,
y hasta de tercera partida la necesidad,
cuando muchas veces disfrutan un chocolate juntos.

Pero yo se que te amo como nunca había usado la palabra,
que me dueles, porque te regalo mis dientes y no puedes tocarlos
y que te necesito, por necesidad;
y por la necesidad de sentir por segunda vez cosas que ya no me pasan en este lugar.

Porque no pueden disfrazarse las cosas cuando ya vienen con uniforme.
Esta etiqueta sobre mi percepción de lo que debo sentir cuando siento
te la regalé y no he hecho copias;
y que conste que no porque no quiera,
sino porque siento que no debo;
todavía porque tus fotos me tildan de loca enamorada.

Mi deber es hacerte saber que todavía existen poetas que se enamoran de sus poemas,
de los que no buscan público,
y se suicidan en su sutil anonimato;
de los que se acuerdan cuando muchas veces dicen que aman una sola vez,
y que como tú,
del miedo se corroen;
porque aceptarlo no es de seres humanos.

Mi otro deber ha sido entender y hacerte reconocer que el amor va más allá de los errores,
de la gente que no se enamora pero se obsesiona,
y que eso no sea pecado capital si es por que te amo yo de alguna manera;
de algunos tontos como yo que a pesar de la caída se levantan y crecen en el mismo lugar,
que esto del amor, no es un sentimiento,
sino un estilo de vida;
que se puede amar al amor
aunque en mi caso,
le haya obsequiado tu nombre y tu apellido.
Que se escriban frases que duelan,
y que nunca llegan
y se escuchen canciones sin autor ni ritmo,
que la guitarra sea tu mejor compañera
y que yo sin tocarla la necesito,
y no porque quiera
sino porque los síntomas ya los he aprendido a aceptar.

Todo con su luz y su único cielo.
Si no te hubiera conocido,
no hubiese aprendido a diferenciar los dolores de barriga de los de hambre por amarte,
y mis dolores de cabeza fueran solo por jaquecas.
Mis palabras se hubiesen encaminado solo a hablar de política
y de toda la nieve que me espera,
y entre este aburrimiento y tu ausencia,
prefiero diez veces que me faltes
para poder seguir teniendo la excusa de que
pensando en ti,
vivas para mí.

No sé que tan lejos me quede ese único cielo
o cual será el camino a tomar para convencerlo de que tiene colores,
pero por el momento mis horas perdieron la cuenta,
y yo sigo aquí
intentando escribirte algo que no tenga sentido
para que le regales uno
y me lo prestes.
De tal manera aprenderé que todos los días son viernes,
y hoy me gusta más quererte,
porque llueve cuando me acuerdo
que un día como hoy te conocí.

Te debo la vida que me devolviste
cuando me permitiste entrar en la tuya;
y quedarme,
aunque tu creas que no lo sientes.

Siempre te dije que me encontrarías.
Aquí estoy,
como el borracho y su esquina favorita.

Para siempre.



MT//




/mood: without rhyme.
/listening to: 3 doors down- Here by me.mp3




PD: As you once said: "Some things will never change"... I guess they won`t...I`m still in the same spot; loving you with memories...

6 comments:

YannyRamz .- said...

Para siempre...
Me parece mucho tiempo.

Chankleta said...

Yanny: Asi es cuando se quiere una sola vez y de una sola manera.
Gracias por tirarte el capitulo.

Víctor Manuel said...

Vuelvo aquí de vez en cuando --y creo que ya te lo he dicho-- porque me llama la atención la profundidad de tus emociones. Sigue buceando.

Chankleta said...

Victor Manuel: gracias por el consejo, y por visitarme. Lo tengo pendiente.
:)

MT//

Goyitrina said...

"En eso nos convertimos cuando optamos por “aceptar” algunas de esas “incoherencias”,
y no porque no tengan respuesta,
sino porque la paciencia todavía no es producto del mercado"

Tus escritos me pegan muy hondo, como esas canciones que pensamos que han sido escritas para nosotros, por que nos suenan a nuestra esencia.

Es maravilloso ver ecos lejanos de nuestro ser en otras almas.

Chankleta said...

Goyitrina: apenas he visto tu comentario; y realmente es hasta increible y a la vez gratificante vernos en otros (me ha pasado y es como si alguien mas escribiera bajo mi puño), que no comparten nuestras vidas, mas si la vision de ella.
Gracias por leerme.

 
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