220.

No hay peor dolor que el inexplicable.
Cuando llega el silencio y se sienta a observarte; y uno asume que es otra visita más de la tarde que no tiene nada que hacer, y pide café con galletas sin azúcar, sólo para complacer al hambre de una conversación que está loca por hacerse la loca.
Antes sabía hacerlo; pero ya no puedo hablar cuando no estoy.
Me sale escribir porque me olvido del pensamiento y recurro a tocar cosas que no suenan;
quizás para que de la misma forma no se me erizen los sentidos sin que se asuste mi sorpresa, porque ya mis recuerdos cantan y bailan solos.
Y todavía no sé si en el mercado sean cangeables...

A veces es tan difícil permitirle a un niño que se amarre los cordones solo...(por la supuesta valentía a blanco y negro, sin adornos ni estado del tiempo...)
Sobretodo al que llevamos dentro...

Y todo por el miedo a dejar que el viento vuele y se lleve las casualidades en la parada del tren, la cordialidad de brindar por separado sin querer, la discrepancia de llegar juntos por separado con el corazón en la mano, y compartirnos en mesas, con extraños parecidos.
Pero mi tristeza más grande es el olvido...
Mi miedo a que algun día se me olvide esto que me sabe a amarte...
Y ahí asegurar mi entierro en el exilio...

Porque es verdad que lo que mi barriga siente cuando te ve se llama vida.
Aunque muchos digan que es solamente amor...
De todas maneras cuando subo el interruptor; es tu luz la que hace que mis ojos cambien de color; como si fuera un requisito verte en mi colchón para poder sentir que todavía respiro...Y ahí se pierde mi miedo.


Gracias...
Porque cuando te recuerdo,
me devuelves la vida sin inhibición...




MT//



mood: unknown.
listening to: James Morrison- Better man.mp3