Saturday, June 07, 2008

Cincuenta y seis.

Después que uno se muere que vale.
Aunque el corazón sepa fumarse las coincidencias
y la apariencia salga a caminar con chancletas brazileñas,
de nada sirve vender la cara por conciencia.
Porque no hay.
Aunque la disfrazes de Gaultier y por dentro se ensambla con basura compuesta.
Porque no hay.
Y ya nadie cuenta el sentimiento con las manos.
Y en última instancia
de que vale brincar con las ganas
si hoy me di cuenta
que los pies no saben usar sostén.

Porque no existe(s)(ió).



mood:
unknown.
listening to: The Doors- The End.mp3

1 comment:

henry said...

te lei completa,,ta dura, lasletras, lo tuyo es obvio

 
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