Existen días quizás como los de hoy, en donde no tengo musa, ni Romeo para escribir cosas sin sentido.
Mi rutina de oir música sin reparo, ha sido cumplida una vez más, como todos los días...Recuerdos, de los que me alimento vagamente, palabras guardadas en papeles electrónicos, sentimientos que afloran por encima de la ropa...una copa al aire, brindando por lo que no fué, y que ahora simplemente, es.
Pienso que necesitaba perder hoy mi tiempo, para aprovecharlo en estupideces, como quizás la de pensar que sin música simplemente no vivo. A veces uno se desahoga en palabras absurdas, de amor vendido, de amor inventado, de amores viejos que ensucian el paladar a la hora de cantar a boca cerrada, mucho dolor fingido, sólo porque uno no es capaz de aceptar cuando el dolor duele, y nos pertenece.
La música hace eso; destapar recuerdos, desenpolvar experiencias que marcaron el comienzo de muchos finales, de uno de los tantos míos quizás. Pero es así, la música es la razón por la cual muchos han decidido dejar este mundo y convivir en el infierno, sufriendo indefinidamente, cuando canciones que no son escritas personalizadamente, hablan de lo cruel que puede ser el amor, de lo fea que es la distancia, de lo triste que es amar en silencio, de lo fuerte que es el sentimiento del olvido cuando aún se ama.
Yo creo que a pesar de escuchar que existen cosas más importantes; la música es el mejor hombro, el mejor idioma, la mejor manera de escuchar poesía y a veces saber disfrutarla; cuando se expresan tantas cosas, en tan pocos minutos, palabras que marcan la vida de cada uno de aquellos como nosotros, que sienten vivir a través de algunos y muchos sonidos.
Es increíble como cada canción tiene su historia, y esa historia es diferente y globalmente coincide con cada uno de nosotros sobre el planeta tierra, de tristezas, de amores perdidos, de amores vivos que aún respiran y se mienten, y se guardan, y duelen.
A mi me pasa, y yo sé que a todo el mundo; que uno escucha una cancion y algo o alguien les viene a la mente, y a veces uno quisiera que el momento desapareciera, solo porque casi siempre el sentimiento que revive es de tristeza, de olvido. Muchas otras nos recuerdan muy buenos momentos, pero casi nunca las recordamos por la razón de que de todas maneras pasaron, y nos duele aceptar que pasaron. A veces no sabemos disfrutar el momento, y realmente tampoco sabemos recordar.
Amar la palabra en toda su diversificación, amando la música como una manera de expresarla, es la mejor forma de entender muchas cosas que nos pasan, que a veces pasamos por alto, y al oír una canción, recordamos al peor de los amores, quizás el que está realmente vivo y nos permitimos engañarnos.
La verdad es que no hay tal cosa que aliente mas, que encontrar apoyo en algo, cuando uno siente que siente solo, que vive solo, y que nadie sabe lo que se siente a la hora del desahogo. La música no es más que esto...el mejor aliento. Sólo porque uno sabe que no se encuentra perdido, que a pesar de tan poca gente, entre esos pocos, alguien siente y tiene corazón. La interdependencia de las cosas, así las llamo por algo que aprendí en Ciencia. Todo tiene razón de ser.
Nuestras historias han sido contadas y muchas veces no nos percatamos de como alguien más es testigo de nuestros capítulos. Suerte que hay gente que siguen escribiendo y ayudándonos en la terapia de vivir y aceptar las cosas como vengan, sin perder la lección ni la experiencia.
Bob Marley dijo: "One good thing about music, when it hits- you feel no pain”, y yo corroboro con él, aunque si muchas veces sentimos el dolor como la primera vez, cuando es olvido. Más sin embargo, la música por sí sola es parte de todos nosotros, sin ser catalogada bajo ningún tipo; nosotros la hacemos de tal manera a como nos han sucedido las cosas. Aprender a disfrutarla, sin dañar los recuerdos del momento, sin entristecer nuestro presente, realmente es un reto.
Nada difícil si uno ama la música en su esencia, como yo.
MT//
mood:cheerful! :)
listening to: The Cult- Painted on my heart.mp3
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