Tuesday, March 06, 2007

Oblivion.


Hoy he considerado que la teoría de aquel que dice no tener fé con los ojos cerrados, se me aplica; echándole la culpa a mi necesidad pragmática de delinear mis ojos con un sólo color, y de la misma manera, ver un sólo azul en el mar.

Es una cuestión de circunstancia(s), de el tipo de reloj; de la(s) (con)vivencia(s), del vecino molestoso, de los guantes de lana que solo me cubren los dedos, pero no las ganas.

Hoy acepté que la culpa de que los “intentos” hayan bajado en su estadística de popularidad de uso se la debemos a aquellos(as) que duermen también de un sólo lado; y sólo porque comparten el sueño con la única mitad de la cabeza que en en ese momento no está soñando; y que puede que sea yo.

Y me explico sin entender como el ser humano se transporta a la dimensión de “No querer ser”, cuando al final terminamos convirtiéndonos en lo que más detestamos.

Siempre le he dado sus méritos al cambio; solo cuando me permite seguir acordándome de lo mucho que me gustan las corbatas, y los sombreros de lado; pero en este particular escenario al que me voy a referir ahora, me ha hecho rectificar lo que siempre he pensado sobre aquellos que viven y se acuestan con el corazón en la mano.

Yo nunca me he arrepentido de abrir la boca cuando me parezca, nunca me he visto en la pronta necesidad de jugar al gato y al ratón con mis sentimientos.
Sé escribir con las dos manos, o por lo menos hago el intento;
¿Pero qué pasa cuando mi zona de comfort se ve atacada?.
Lo religioso sería que me convirtiera en copia erudita del Caballero de la armadura oxidada que quizo ser señor( y se convirtió en niño cuando aceptó su falta), y escudarme en protección de mis palabras; pero ¿Cómo me cuido de mí misma?.
Ultimamente ni eso, ni lo inverso.

Y me consta que no está frío el cielo, sino el hueco al que corresponde mi corazón; aislado entre tanto rubor sin color; aunque en compañía de muchas incongruencias que se convierten en leyendas con nombre y apellido.

Yo no quiero ser como tú (aunque compartamos razones) y olvidar que yo tengo otro color de ojos; jactándome de pensar con la izquierda.

Yo no quiero tener que recurrir al Nihilismo para darle calma y tacto a muchas de tus incertidumbres y tus malos ratos.

Yo no tengo que ser como tú e intentar pasar de la noche al día sin caminarlo, y culparlo peor aún porque no te ha cumplido lo que te ha hecho añorar de los muertos.

Yo no soy como tú porque me estoy convirtiendo en lo que tu quieres que yo sea: en tu espejo para no tener que explorar, ni necesitar, ni querer conocer más.

En tí: maldito sentido común.


MT//

/mood: loading...
/listening to: Our Lady Peace- Clumsy.mp3

2 comments:

Joan Guerrero said...

Recurre a lo plural, a lo diverso. Verás que es mejor cosas que selecionar que una sola cosa que tengas en frente de ti, toda tu vida. El ente humano tiene que cambiar, para vivir. Cambia.

Pedro said...

Aunque no se quiera, el sentido común es un aliado, solo que a veces duele mucho analizar cosas con el...

 
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