Tuesday, October 30, 2007

Cinco.

Ondeo mis manos en posición del adiós;
como tal soldado que advierte de saludo que se va, y sin saber a donde,
baña sus ojos como yo, en el último mar de la salida que no aprende a querer el movimiento,
con su corazón, el mío,
engabetado en la seguridad de no poder entenderlo,
y buscando destierro en el nunca jamás,
sus manos, las mías; aún en la despedida,
no quieren aprender a respetar el silencio de estos dedos;
que todavía no saben mover el sentimiento de la vitrina.

Y si tuviera la certeza de que existe vida después de la muerte, dejaría de amarte en estos momentos.
Pero es cierto que mi corazón aún se llama Esperanza.
Aunque yo no lo comprenda;
aunque tu sombra no quizo estar para explicármelo.




MT//


mood: numb.
listening to: Jorge Drexler-730 días.mp3

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